lunes, 1 de abril de 2013

Huevos de pascua





La Pascua constituye el fundamento sobre el cual se asienta y gira toda la vida del cristianismo. Es festejada por 1200 millones de fieles en todo el mundo y el Papa da la bendición en una misa urbi et orbi desde la Basílica de San Pedro.
Las tradiciones en esta fiesta han ido variando con el correr de los siglos hasta llegar a convertirse, para la gran mayoría de la gente, en una semana donde no se trabaja y se comen los famosos huevos de Pascua. De hecho, el Domingo Santo es uno de los dos días del año en el que se consume más chocolates (el otro es la Navidad).
Desde los comienzos de la humanidad, el huevo fue sinónimo de fertilidad, esperanza y renacimiento. El huevo adiquirió importancia dentro de la mitología egipcia cuando el Ave Fénix se quemó en su nido y volvió a renacer más tarde a partir del huevo que lo había creado en un principio. También los hindúes sostenían que el mundo había nacido de un huevo.



La religión cristiana adoptó esta costumbre para la Resurrección de Cristo, que se rememora en la Pascua. La tradición de dar huevos a los seres queridos se originó en la Edad Media, ya que durante la Cuaresma estaba prohibido comerlos, y las familias conservaban algunos cocidos y protegidos con una capa de cera, para entregarlos como obsequio al finalizar la Cuaresma y el luto, o sea, el Domingo de Pascua.



Nos en Galiza  tradicionalmente o padriño regala a rosca a o seu afillado  o domingo de Pascua despois  da misa.




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