jueves, 14 de enero de 2010

“Si de veras quieres ayudarme:
no camines por mí,

déjame caminar por mi camino;

no hables por mí, déjame hablar y escúchame;

no llores por mí, déjame llorar y acompáñame;

no decidas por mí, déjame elegir y respeta mis decisiones;

no te arrojes al agua por mí,

déjame que aprenda a nadar;

no me impongas tu experiencia;

déjame hacer la mía;

no aciertes por mí, déjame aprender equivocándome;

porque yo crezco más con mis errores

que con tus aciertos”

No hay comentarios: