miércoles, 17 de junio de 2009

Había un maestro que siempre estaba contento. Los discípulos, intrigados, le preguntaron:
Pero ¿cómo es posible que siempre te encuentres feliz?
No es difícil, amigos contestó el maestro. Todas las mañanas, al despertar, me pregunto a mí mismo: “A ver, ¿qué elijo hoy, la alegría o la tristeza?”. Y casi siempre elijo la alegría.
Anónimo

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